Al Azahar
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Experiencia y anécdotas con el psicólogo Andrés Pérez Vidal pero hay observaciones sobre el programa Abramos o Círculo, colaborado entre Xunta y Colegio de Psicología de Galicia donde se integra junto a otras está clínica.
Trata el autismo con técnicas anticuadas y con muy poco respeto a la persona. No parece conocer los apoyos terapéuticos para el TEA desarrollados en los últimos 20 o 30 años. Así lo vi en su sala de espera y conociendo el tema como técnico social especializado en salud mental y discapacidad psicosocial desde hacía 15 años. Tenía que haberme ido, red flag brutal.
Respecto a mis sesiones, me culpabilizó antes de escuchar nada de lo que nos pasó, entró a explicar sus técnicas sin más encuadre ni consideración. Ninguna indagación en contexto, relaciones o biografías, ningún enfoque social.
La 1a sesión y bastante de la 2a fueron un monólogo de obviedades que podría haberse saltado si se molestara en escucharme y saber quién era. Al no poder hablar (literalmente, no me dejó meter baza) asumí que debía ser para mostrar que era un profesional formado, capaz, reconocido y básicamente utilizar la autoridad exhibida para aumentar la eficacia de sus técnicas y generar cambios. Formado en PNL e hipnólogía, para aplicarlas, hay que ser consciente del objeto sobre el que se emplea y conmigo la cagó mucho. Usa las técnicas constantemente e incluso sin pedir permiso, de manera invasiva y mal educada.
Personalmente creo que utilizar el sesgo de autoridad sin más en terapia es ocultar los problemas y usar efecto placebo.
Hasta la 2a o 3a sesión no empezó a saber nada de mi y sólo porque insistí en meter el tema para detener el monólogo de lugares terapéuticos comunes. De esa forma de intervenir, se puede deducir que aplica las mismas perspectivas y técnicas con bastante indiferencia respecto al paciente.
Autoritario de forma sutil o evidente pero siempre con calma y una sonrisa. El objetivo terapéutico, al menos en mi caso, sugestionar para actuar indiferente a los problemas sin entrar a analizar o cambiar la relación, sus dificultades o su contexto. Es el enfoque cognitivo-conductual desde el que trabaja: adáptate y si no, es culpa tuya (paciente resistente al tratamiento).
Trata violencia de género (Abramos o Círculo) pero no parece formado en el tema. Coherente con la idea deducida de que aplica sus técnicas sin modificar con independencia del problema, persona o contexto. Cero referencia a construcción del género, feminismo, masculinidad ni a los determinantes sociales de los problemas que atienden.
Tienen ese tic de la autoayuda de citar a autores como si fueran una página de memes. Lo hacen ya en la web.
El espacio es de estética zen new age positive thinking ¿camuflando? sus intervenciones pasivo-agresivas. La pobreza de la psicología en Galicia tiene mucho que ver con el coherente apoyo político a este tipo de corrientes ideológicas cognitivo-conductuales y su máscara "positiva". Hay mucha literatura al respecto empezando por Barbara Ehrenreich.
A nivel empresarial, en psicología cognitivo-conductual se apoyan mucho de la estadística y, por lógica, los clientes alejados del centro de la campana de Gauss no afectan a los beneficios de la empresa. Las empresas actúan en función de si las pérdidas son asumíbles o no.
Más tarde me explicaron en un grupo de hombres y gente vinculada al movimiento queer en Coruña, que "Abramos o Círculo" se benefician de acuerdos y clientelismo entre Xunta, universidad y Colegio Profesional de Psicología. Dinero público para profesionales políticamente bien situados. Los convenios de la Xunta con el COP revelan el rentable negocio de proyectos muy mejorables como este.
En fin, bastante limitados. Será eficaz con gente predispuesta y sugestionable, personalidad de seguidor, problemas relacionados con autoestima y necesidad de aprobación, sin conocimientos de psicología. También para iniciarse en técnicas básicas de relajación (básicas) pero eso no necesita clínicas ni masters colgados de las paredes.
Hay profesionales mucho mejores sin salir de Coruña.